viernes, 15 de abril de 2016

Bajo la arboleda

Sucedió que el cerezal,
asaz florido de asilo,
arqueóse sutilmente
al sabernos errabundos
del estruendo de este mundo.

Sucedió que el cerezal,
deshojado de dicción,
limitóse a gentil pose
cuyo meditar rotundo
abrigo fue, y refugio.