Primer beso
Brioso naciste, denodado,
bien fogoso y esforzado,
exultante una y mil veces,
de arrogancia desbocado,
que no hubo antes guerrero
por Marte reverenciado.
Fructuosamente húmedo
coqueteabas ufano,
de salobridad colmado
y en fértil jugo bañado,
empachando en tu opulencia
a Ceres, Apolo y Baco.
Avanzaste a edad tardía
a lomos de corcel pausado,
y te descubriste manso,
dilatante y demorado,
tan descreído del tiempo
que Cronos yació jubilado.
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